Editorial de Leonardo Gabriel Izzo

EL CASINO (EN CUANTO AL EDIFICIO) ES NUESTRO ?Es nuestro, claro, porque pertenece al estado municipal,

que como ciudadanos constituimos, pero…..podemos usarlo ? Desde hace bastante tiempo muy poco, casi nada; la sala de juego  ( perjudicada por el contexto) y en mayor medida la playa de estacionamiento. El hábito de buscar “ culpables” por la decadencia de la que fuera otrora nuestra postal, es una debilidad enquistada en nuestra dirigencia. Pero quizás nos quepa a todos ( como siempre algunos con más y otros con menos responsabilidad) hacernos cargo de que la Necochea de la década del 60/70 que prometía progreso sostenido y desarrollo, no se pudo cristalizar. Porque en aquella Necochea floreciente que supimos imaginar y palpitar, el complejo se habría nutrido de actividad, movimiento, inversiones permanentes para actualizarlo mejorarlo y mantenerlo. Pero….ese futuro no llegó ( todavía ) y la postal se fue convirtiendo en ruinas porque el estado, tampoco tuvo el mejor porvenir que le permitiera sustentarlo. Y llegamos a lo que llegamos…para que describirlo. Sigue siendo nuestro pero….nos sirve así ? Aporta algo a la calidad de vida del vecino ? ( esa es la finalidad, no?)

El DE ha anunciado una propuesta que involucra la venta de gran parte del edificio sujeto a ciertas condiciones: mantener la fachada, mantener un amplio espacio recreativo, reconstruir el teatro para el estado municipal, ajustarse a  valuación razonable y ofrecer en conseción lo que fuera el balnearia ACA
Confieso que soy parte de la generación que se opuso a las privatizaciones Menemistas, porque siempre eran “negociados” a favor de unos vivos y en contra del erario público. Pero también debo reconocer que puede y debe, dentro de una sociedad capitalista, existir NEGOCIOS, compatibles con una evolución virtuosa de la sociedad. Y creo que ésto es lo que necesitamos: una inversión que transforme una realidad que nos agobia y que nos devuelva la posibilidad de disfrutar otra vez ese espacio, que sirva para mejorar nuestra calidad de vida y saber al mismo tiempo, que el privado invierte en el marco de reglas claras para beneficio de todos. No parece existir opciones.
Falta mencionar algo muy importante: el imprescindible y fuerte contralor, que sobre todo el proyecto concreción y cumplimiento del mismo debe ejercer el HCD y la comunidad toda a través de sus instituciones