Sica anunció este martes un principio de acuerdo con la dirigencia sindical para establecer algún tipo de paliativo a los asalariados privados como se hizo en el sector estatal.
La negociación de un bono de $5.000 para los empleados privados empezó a enfrentar complicaciones por el creciente rechazo del empresariado.
Las principales cámaras de la industria, el comercio y la construcción salieron a oponerse a la iniciativa y a quejarse por no haber sido convocados al debate.
De esa manera, se despegaron del Gobierno, que este lunes confirmó avances en las conversaciones con la CGT para que las empresas otorguen a sus trabajadores una compensación por el impacto de la devaluación sobre los ingresos.
Los cuestionamientos en el sector privado surgieron inmediatamente después de la reunión que mantuvo este lunes el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, con la cúpula de la central obrera. Luego de ese encuentro, Sica anunció este martes un principio de acuerdo con la dirigencia sindical para establecer algún tipo de paliativo a los asalariados privados como se hizo en el sector estatal, al que el Ejecutivo le otorgó un bono de $2.000 a partir de agosto. Pero los empresarios no están de acuerdo.Una de las principales objeciones surgió en el rubro mercantil, el mayor empleador de la economía con más de 2 millones de trabajadores y que cerró en paritarias un aumento del 30% en varios tramos hasta marzo de 2020.
«Es inviable otorgar un bono de $5.000, la devaluación impactó sobre todos y en el sector comercial la situación es crítica por la caída de las ventas y las tasas de crédito estratosféricas», aseguró el secretario de la Cámara de Comercio, Mario Grinman, quien además explicó que la entidad se enteró del bono por los medios.
Dentro de la misma actividad, la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) advirtió sobre el panorama complicado que enfrentan las pyme, sin la espalda financiera que las empresas más grandes.
«No estamos en condiciones de pagar, a pesar de que los trabajadores lo necesitan con urgencia», dijo una fuente de la cámara. Por ello, en el sector creen solo sería posible si hubiera algún tipo de compensación fiscal por parte del Estado, como un anticipo de aportes patronales o del IVA. «Las Pymes están atrasadas en el pago de sueldos», señalaron en la CAME.
El titular de la UIA, Miguel Acevedo, había generado expectativas el lunes de la semana pasada durante el Día de la Industria en una charla junto a Sica, en la que negó haber hablado con la CGT sobre un bono pero reconoció que «algo hay que hacer».
El ministro de Producción y Trabajo dijo el martes que el pago extraordinario dependerá de la inflación de agosto que dará a conocer este jueves el INDEC.
Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), realizado por el Banco Central, el mes pasado tuvo un alza de precios de 4,3% y 2019 cerrará con una inflación de 55% y una caída de 2,5% del PBI.